La Quinceañera.

El asesinato de Martha Angélica Duarte Puente, Gely, causó temor y asombro en la poblacion Regiomontana ya que en el año de 1991 la gente respiraba en Nuevo Leon un aire de tranquilidad y seguridad que hoy en dia es imposible de percibir.

Cinco viciosos estrangularon y ultrajaron a la joven, que unos días antes había cumplido 15 años, en la Colonia Granjitas La Silla, después de haberla secuestrado sólo porque les gustó.

Sin imaginar su destino, el lunes dos de septiembre de 1991 como a las 12:00 horas, Gely salió de su casa, en la Colonia Villa Olímpica.Vestida con un short negro de licra, un bluzón blanco con bolas negras y zapatos negros, Gely se dirigió a inscribirse a la Escuela ISAC,  que en ese tiempo estaba ubicada en Pino Suárez, entre Matamoros y Padre Mier.

Como su ilusión era cursar la carrera de secretaria bilingüe, sus padres Zacarías Duarte de la Rosa y María Teresa Puente reunieron el dinero con mucho esfuerzo para pagarle la colegiatura.

Sin embargo, la casualidad enfrentó a la joven a la muerte, ocho días después de que había celebrado su fiesta de quinceaños.

Francisco Javier Segura Hernández, La Java, y José Alberto Balderas Rodríguez, El Borrado, la interceptaron en Ocampo con Pino Suárez, cuando esperaba el camión. estos, quienes andaban drogados, observaron a Gely, mientras esperaban la Ruta La Playa.

Al ver a la joven, les gustó y se pusieron de acuerdo para secuestrarla y llevarla a la Colonia Granjitas La Silla.

Los dos viciosos se le acercaron y luego le ordenaron que los acompañara, porque de lo contrario la matarían, asustada por la amenaza de los desconocidos, Gely subió a un camión detrás de ellos.

En varias ocasiones trató de oponer resistencia, pero sus secuestradores la callaron y luego la bajaron en Eloy Cavazos, frente a la Cruz Roja de Guadalupe.

En ese lugar, se encontraron a Ricardo Reyes Sifuentes, El Currucu, y a Miguel Angel González López, La Loca quienes acordaron llevar a Gely hasta Anacleto Zapata con Emilio Carranza, en donde acostumbran a drogarse.

Al llegar al lugar, se fumaron tres cigarros de mariguana. Cuando terminaron, Reyes Sinfuentes se acercó a Gely y empezó a besarla y hacerle tocamientos, mientras ella lo rechazaba. Ante la resistencia de la joven, entre los cuatro le quitaron la ropa a estirones, para que Balderas Rodríguez abusara de ella.

Los otros tres repitieron la agresión sexual, mientras eran observados desde unos matorrales por Juan Alberto Guel Salazar, de 16 años. Al percatarse de la presencia de Guel Salazar, los cuatro homicidas lo invitaron a abusar de Gely, quien trató de agredirlos, pero la sujetaron del cuello para que se calmara.

El menor aceptó la invitación y abusó de Gely. despues, Guel Salazar regresó a su casa, ubicada a 300 metros del lugar. Entre tanto, los otros cuatro deciden asesinar a la joven.

uno le amarró las manos por detrás con una cuerda de ixtle y luego tomó una cordón de persiana a la que le amarró una piedra en un extremo para enredársela en el cuello.

Después le dio el otro extremo a Segura Hernández y entre los dos le estiraron hasta que Gely se desvaneció.

Al mismo tiempo, Reyes Sifuentes clavó una vara en los genitales de la víctima y le vendaron los ojos con un pedazo de tela. Tras el crimen, los asesinos arrastraron el cadáver de la joven hasta unos matorrales, en donde la ocultaron.

Entre tanto, los padres de Gely estuvieron esperándola el lunes hasta la madrugada, pero su hija nunca llegó. Sin imaginarse lo que le había pasado a su hija, el padre denunció su desaparición el 3 de septiembre ante la Policía Judicial en Guadalupe.

Los padres de la víctima dejaron de trabajar, para buscar con la ayuda de sus vecinos y familiares a Gely. Durante cuatro días buscaron sin descanso a la joven, hasta que reconocieron la ropa que llevaba el día de su desaparición por medio de una fotografía en el periódico El Metro.

  

El cuerpo de Gely fue descubierto el viernes seis de septiembre por un niño que andaba pizcando chile piquín. La víctima estaba desnuda y boca abajo entre unos matorrales, con los ojos vendados, las manos atadas por detrás y con palos y ramas clavados en sus genitales. Alrededor del cuello, la joven tenía un cordón y a un lado, la Policía Judicial encontró su ropa.

La Policía pidió en varias ocasiones el apoyo de los vecinos de Guadalupe para atrapar a los homicidas. Durante 80 días detuvieron a unos 50 sospechosos, quienes acostumbran a juntarse cerca del lugar del crimen.

  

Fue hasta el 21 de noviembre, cuando los cinco asesinos fueron detenidos por la Policía Judicial.

Sin duda el homicidio de Gely como sus seres queridos la llamaban fue de los primeros casos que impactaron a los Regios quienes a partir de este lamentable incidente, comenzaron a ser mas precavidos con sus hijos ya que sabian que Nuevo Leon se estaba convirtiendo en una gran ciudad y con ello acarreaba los problemas que antes solo se veian en las grandes urbes.

Me despido

Mike.